Descubre Madeira: un paraíso en el Atlántico
Escaparse a Madeira es sumergirse en una isla de paisajes impresionantes, acantilados imponentes y naturaleza deslumbrante. Un destino donde la aventura y la tranquilidad se complementan a la perfección. Desde sus valles verdes hasta sus playas volcánicas, cada rincón invita a desconectar y explorar.
¡Prepárate para descubrir un destino que lo tiene todo!
Circuitos por Madeira
Funchal: historia y tradición
La capital de Madeira combina historia, cultura y modernidad. Recorre su casco antiguo con sus callejuelas adoquinadas, visita la catedral Sé y piérdete en el bullicioso Mercado dos Lavradores. Disfruta de una cata de los famosos vinos de Madeira y empápate del ambiente local en sus terrazas y tabernas. Sube en el teleférico hasta Monte y desciende en los tradicionales carros de cesto, una experiencia única. Además, no puedes perderte el Jardín Tropical Monte Palace, un rincón espectacular con especies exóticas y vistas inolvidables de la ciudad.Pasea por la Avenida do Mar, donde el puerto y el Atlántico enmarcan la vida diaria de Funchal.
De la montaña al mar
Desde el Pico do Arieiro hasta los acantilados de Cabo Girão, Madeira es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Recorre senderos entre frondosos bosques de laurisilva, descubre valles escondidos y disfruta de las vistas panorámicas de la isla. Explora la red de levadas, antiguos canales de riego convertidos en rutas de senderismo que te llevarán a cascadas, miradores y paisajes sorprendentes. La diversidad de sus ecosistemas te permitirá disfrutar desde rutas de alta montaña hasta paseos costeros donde el océano y la tierra se encuentran en un espectáculo natural.
Pueblos con encanto
Madeira se descubre en sus pequeños pueblos. Santana sorprende con sus casas tradicionales de techos de paja, mientras que Câmara de Lobos cautiva con su historia pesquera. No te pierdas Ponta do Sol, donde el mar y la montaña crean un paisaje inolvidable.En Curral das Freiras, un valle escondido entre montañas, podrás probar el licor de castaña y conocer la historia de este enclave único. Machico, el primer asentamiento de la isla, ofrece playas doradas y un ambiente relajado. Cada pueblo tiene su propia esencia y visitar estos rincones es una forma de entender la auténtica vida madeirense.
Sabores de Madeira
La cocina madeirense es un reflejo de su riqueza natural. Prueba la espetada, una brocheta de carne con laurel, servida con milho frito acompañada de bolo do caco, el pan típico de la isla. Disfruta del frescor de sus pescados y mariscos y endulza tu experiencia con el pastel de maracuyá. No puedes dejar de probar el peixe espada con plátano, una combinación sorprendente de sabores locales. Acompaña tus comidas con una poncha, la bebida tradicional a base de aguardiente, miel y limón. En los mercados y restaurantes, descubrirás ingredientes frescos y recetas que reflejan la fusión entre la tradición y la influencia atlántica.
Aventura en el Atlántico
Madeira es un destino para los amantes de la emoción. Desde avistamiento de delfines y ballenas en catamarán, semirrígida u otra embarcación, hasta un baño en las piscinas naturales de Porto Moniz. Para los más atrevidos, el barranquismo y el senderismo por sus levadas son experiencias inolvidables.También puedes practicar surf en las olas de São Vicente o sumergirte en las aguas cristalinas para hacer buceo y snorkel. Si buscas adrenalina, prueba el parapente sobre los acantilados o el descenso en bicicleta de montaña por los senderos volcánicos. El océano y la tierra se convierten en un inmenso parque de aventuras para quienes buscan experiencias inolvidables.
Madeira, un refugio natural
Madeira es un santuario para quienes buscan tranquilidad en plena naturaleza. Explora jardines repletos de flora exótica, pasea por los acantilados que se asoman al Atlántico y encuentra pequeñas calas de aguas cristalinas o relájate en sus piscinas volcánicas. Visita lugares como el Parque Natural de Madeira, donde la biodiversidad y el paisaje montañoso ofrecen una desconexión total de la rutina. Sumérgete en las aguas termales de la isla o simplemente disfruta del aire puro y la calma que se respira en cada rincón. En Madeira, la naturaleza marca el ritmo, invitando a vivir sin prisas y disfrutar de cada momento.
